lunes, 11 de junio de 2018

EUP - Tercer Capítulo:


Resulta que al final la intuición de una mujer es una cosa seria a tomar en cuenta. A la mañana siguiente de devanarse los sesos pensando en la extraña actitud de de Aidan durante la noche, salieron unas fotos suyas en la cuenta de instagram de TMZ en las que se le veía riendo y conversando muy cerca de una modelo que estaba escalando vertiginosamente en el mundo de la moda. Las pasarelas de Chanel, Fendi y Louis Vuitton la habían tenido. Y eso sin contar que ya había estado en campañas importantes como la de GAP y Estee Lauder. No es como si la hubiese estado investigando luego de que le enviaran las fotografías por privado. Eso es de gente trastornada.  Por cierto; se llamaba Sarah Hill. Era mitad blanca y mitad afroamericana. Su cabello era una brillante cortina negra como el petróleo, el mismo color de sus ojos. Cositas que podían aparecer al azar, o cuando se les busca en wikipedia. 


En fin. Quizá Aidan se sentía incómodo porque no sabía cómo decirle que estaba saliendo con alguien. Total, ambos lo habían hecho con anterioridad, pero hasta el momento él nunca había cambiado su comportamiento, por lo cual llegó a la conclusión de que no se trataba de algo serio; y a los pocos días el tiempo le daba la razón. También ella había salido en unas cuantas citas. No era ninguna monja y tampoco planeaba pasar el resto de su vida sola, envuelta en una manta de resentimiento con cualquier criatura que tuviese un pene solo porque su ex esposo le había sido infiel.

—Estás pensando de nuevo. —le dijo Annie. Con el tiempo se había convertido en su mejor amiga en la ciudad. Cuando se había separado de Aidan, apareció en la puerta de su casa y se hizo un hueco a fuerza de bien; demostrándole que no era una simple WAG como había pensado que era. ¿Que tal eso para su lado prejuicioso? Se había aparecido en su nueva casa apenas la había comprado, con un arsenal impresionante de helado y no se quejó cuando Sienna la atormentó una y otra vez con temas deprimentes como Fairy Tale de Toni Braxton o de momentáneo empoderamiento como Bad Bitches Don´t Cry de Bebe Rexha. No, la mujer aceptó todo su épico despecho en silencio como solo una amiga puede hacer.

Anna era la esposa del quaterback de Los Angeles Kings: Daniel Romero. Aidan le había dicho en una ocasión que el entrenador Brody le decía que la relación entre un mariscal de campo y su receptor tenía que ser de plena confianza. Bill también solía bromear sobre el hecho de que Aidan y Daniel funcionaban como el mejor de los matrimonios.

 En ese momento ambas se encargaban de colocar un algodón estirado en forma de tela de araña en un rincón de la sala de estar. Halloween se acercaba y había planeado hacer una fiesta para los amigos de su hija. Annie no había tenido hijos aún; no por falta de ganas de Daniel; así que tanto ella como su marido se habían autodeclarado como los padrinos de Dakota. Pasaban juntas la mayoría de las festividades.

—Ya basta de darle vueltas a esas fotos. En realidad no creo que se trate de algo serio. Ni siquiera creo que se trate de algo en sí.

Bajó de la escalera y fue a por el extraño tejido para colocarlo en otra parte del salón.

—No estaba pensando en nada —negó ella —. Pero sí creo que se trate de algo. Ya te dije como actuó la otra noche.  —Sienna continuó colocando lámparillas LED dentro de las calabazas talladas. A gusto personal prefería las velas, pero no estaba corriendo riesgos innecesarios con niños pequeños propios o ajenos.

—Ajá sí. No estás pensando en ello, claro está. —casi podía verla rodar los ojos mientras decía aquello. 

—Es que no puedo…

Su amiga se bajó de la escalera y la miró directamente a la cara para hacer lo que sabía hacer dolorosamente mejor: hacerla reaccionar sin importar cuán dura fuese la realidad.

—Sienna, tienes que decidirte de una vez por todas. Aidan te ha dicho en varias ocasiones para intentarlo. Coquetea abiertamente contigo y jamás ha dejado de ver por ambas sin importar lo que establecieran en ese condenado contrato legal. —se recogió detrás la oreja un mechón de su espectacular cabello color caramelo. Ella solía decirle a quien le preguntaba que ese era tono Anthony: Su estilista de confianza.

—Acuerdo.

—No me importan esos términos legales. —la despachó con un solo gesto. —Pero lo que si me interesa es que tú te sinceres contigo misma de una vez por todas: ¿Quieres superar a Aidan y seguir con tu vida? Entonces prepárate a llorar las primeras noches que salgas y sigue adelante. ¿Quieres volver con él? Entonces dale la oportunidad de demostrarte si es verdad que ha cambiado. Porque no sé si lo has notado, pero desde su separación lo único que ha avanzado aquí es ambas carreras, pero más nada.

Sienna tragó grueso al recordar la primera vez que había dormido con alguien que no fuese Aidan.

Tras ocho meses de separación pensó que ya estaba lista para dar ese paso con alguien, y en ese momento estaba saliendo con un hombre increíble. Pero Annie tenía razón: no podía continuar con ese patrón destructivo pensando que Aidan seguiría tras sus pasos toda la vida y sin rehacer la suya propia. No era sano en lo absoluto.

Asintió en silencio antes retirarse a lamerse las heridas en privado. Heridas que creía ya cerradas.


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¡Tercer capítulo, chic@s! Qué les parece esta nueva entrega? Les está gustando? 
Pasa y deja tu opinión en la parte inferior del post diciendo todo lo que habrías hecho si estuvieses en los zapatos de Sienna. Y qué tal Annie? Alguna tiene una amiga así? 
Puedes hacer click AQUÍ para que te enteres si Sienna decidió hacerle caso o no. 
Quiero leer sus versiones, bell@s. 
Un besote. Nos seguimos leyendo. 



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