Resulta que al final la intuición
de una mujer es una cosa seria a tomar en cuenta. A la mañana siguiente de
devanarse los sesos pensando en la extraña actitud de de Aidan durante la
noche, salieron unas fotos suyas en la cuenta de instagram de TMZ en las que se
le veía riendo y conversando muy cerca de una modelo que estaba escalando
vertiginosamente en el mundo de la moda. Las pasarelas de Chanel, Fendi y
Louis Vuitton la habían tenido. Y eso sin contar que ya había estado en
campañas importantes como la de GAP y Estee Lauder. No es como si
la hubiese estado investigando luego de que le enviaran las fotografías por
privado. Eso es de gente trastornada.
Por cierto; se llamaba Sarah Hill. Era mitad blanca y mitad
afroamericana. Su cabello era una brillante cortina negra como el petróleo, el
mismo color de sus ojos. Cositas que podían aparecer al azar, o cuando se les
busca en wikipedia.
En fin. Quizá Aidan se sentía
incómodo porque no sabía cómo decirle que estaba saliendo con alguien. Total,
ambos lo habían hecho con anterioridad, pero hasta el momento él nunca había
cambiado su comportamiento, por lo cual llegó a la conclusión de que no se
trataba de algo serio; y a los pocos días el tiempo le daba la razón. También
ella había salido en unas cuantas citas. No era ninguna monja y tampoco
planeaba pasar el resto de su vida sola, envuelta en una manta de resentimiento
con cualquier criatura que tuviese un pene solo porque su ex esposo le había
sido infiel.
—Estás pensando de nuevo. —le
dijo Annie. Con el tiempo se había convertido en su mejor amiga en la ciudad.
Cuando se había separado de Aidan, apareció en la puerta de su casa y se hizo
un hueco a fuerza de bien; demostrándole que no era una simple WAG como había pensado que era. ¿Que tal eso para su
lado prejuicioso? Se había aparecido en su nueva casa apenas la había
comprado, con un arsenal impresionante de helado y no se quejó cuando Sienna la
atormentó una y otra vez con temas deprimentes como Fairy Tale de Toni
Braxton o de momentáneo empoderamiento como Bad Bitches Don´t Cry de
Bebe Rexha. No, la mujer aceptó todo su épico despecho en silencio como
solo una amiga puede hacer.
Anna era la esposa del quaterback
de Los Angeles Kings: Daniel Romero. Aidan le había dicho en una ocasión que el
entrenador Brody le decía que la relación entre un mariscal de campo y su
receptor tenía que ser de plena confianza. Bill también solía bromear sobre el
hecho de que Aidan y Daniel funcionaban como el mejor de los matrimonios.
En ese momento ambas se encargaban de colocar
un algodón estirado en forma de tela de araña en un rincón de la sala de estar.
Halloween se acercaba y había planeado hacer una fiesta para los amigos de su
hija. Annie no había tenido hijos aún; no por falta de ganas de Daniel; así que
tanto ella como su marido se habían autodeclarado como los padrinos de Dakota.
Pasaban juntas la mayoría de las festividades.
—Ya basta de darle vueltas a esas
fotos. En realidad no creo que se trate de algo serio. Ni siquiera creo que se
trate de algo en sí.
Bajó de la escalera y fue a por
el extraño tejido para colocarlo en otra parte del salón.
—No estaba pensando en nada —negó
ella —. Pero sí creo que se trate de algo. Ya te dije como actuó la otra
noche. —Sienna continuó colocando
lámparillas LED dentro de las calabazas talladas. A gusto personal prefería las
velas, pero no estaba corriendo riesgos innecesarios con niños pequeños propios
o ajenos.
—Ajá sí. No estás pensando en
ello, claro está. —casi podía verla rodar los ojos mientras decía aquello.
—Es que no puedo…
Su amiga se bajó de la escalera y
la miró directamente a la cara para hacer lo que sabía hacer dolorosamente
mejor: hacerla reaccionar sin importar cuán dura fuese la realidad.
—Sienna, tienes que decidirte de
una vez por todas. Aidan te ha dicho en varias ocasiones para intentarlo.
Coquetea abiertamente contigo y jamás ha dejado de ver por ambas sin importar
lo que establecieran en ese condenado contrato legal. —se recogió detrás la
oreja un mechón de su espectacular cabello color caramelo. Ella solía decirle a
quien le preguntaba que ese era tono Anthony: Su estilista de confianza.
—Acuerdo.
—No me importan esos términos
legales. —la despachó con un solo gesto. —Pero lo que si me interesa es que tú
te sinceres contigo misma de una vez por todas: ¿Quieres superar a Aidan y
seguir con tu vida? Entonces prepárate a llorar las primeras noches que salgas
y sigue adelante. ¿Quieres volver con él? Entonces dale la oportunidad de demostrarte
si es verdad que ha cambiado. Porque no sé si lo has notado, pero desde su
separación lo único que ha avanzado aquí es ambas carreras, pero más nada.
Sienna tragó grueso al recordar
la primera vez que había dormido con alguien que no fuese Aidan.
Tras ocho meses de separación
pensó que ya estaba lista para dar ese paso con alguien, y en ese momento
estaba saliendo con un hombre increíble. Pero Annie tenía razón: no podía
continuar con ese patrón destructivo pensando que Aidan seguiría tras sus pasos
toda la vida y sin rehacer la suya propia. No era sano en lo absoluto.
Asintió en silencio antes retirarse a lamerse
las heridas en privado. Heridas que creía ya cerradas.
*.*.*.*.*
¡Tercer capítulo, chic@s! Qué les parece esta nueva entrega? Les está gustando?
Pasa y deja tu opinión en la parte inferior del post diciendo todo lo que habrías hecho si estuvieses en los zapatos de Sienna. Y qué tal Annie? Alguna tiene una amiga así?
Puedes hacer click AQUÍ para que te enteres si Sienna decidió hacerle caso o no.
Puedes hacer click AQUÍ para que te enteres si Sienna decidió hacerle caso o no.
Quiero leer sus versiones, bell@s.
Un besote. Nos seguimos leyendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario