Hace unos días atrás tuve la rara oportunidad de reunirme
con unas amigas que viven fuera de mi ciudad. Y que dadas nuestras muy
distintas agendas, se nos hace en extremo difícil coincidir más allá de un par
de veces al año.
Y fue en medio de pequeños bocados de comida chatarra que
surgió un nombre muy popular ahorita en todos los tabloides y redes sociales: Meghan Markle. Cada una tiene diferentes
puntos de vista acerca de la vigencia de la realeza en esta era moderna, pero
lo más destacado sobre nuestra conversación fue acerca del Canibalismo Femenino.
¿Qué las RRSS están plagadas hoy en día de mucha toxicidad?
Eso lo sabemos todos lo que pasemos al menos un par de minutos revisando los
temas de actualidad. Pero no ahondaré en ese punto ahora. Lo que resulta
alarmante la cantidad de mensajes ofensivos acerca de del color de piel, la
belleza (o la falta de ella), y de estilo de una mujer. Y aunque sea difícil de
creer la mayoría de ellos, casi la totalidad, era hechos por otras mujeres. En
más de una ocasión me he encontrado preguntándome el porqué de esta tendencia
en aumento.
Seamos mortalmente honestas: ¡Todas hemos hablado mal acerca
de alguien! Esa chica de la tienda que nos miró peor que a Julia Roberts en Pretty Woman, ese familiar tuyo que
cuando va a tu casa se siente con la confianza de husmear en todos lados, o
incluso de esa amiga que se niega a entender que su ex es más tóxico que un día
en Chernóbil.
Y es que cuando dejamos salir ese lado villano que todas
tenemos, podemos tener un momento de breve y oscuro placer. Pongámoslo en
léxico Disney: Cuando damos rienda suelta a nuestras lenguas viperinas, nos
vemos a nosotras mismas como una versión “real” de Angelina Jolie en Maléfica.
Admítelo, amiga caníbal.
Pero en realidad, nos vemos más parecidas a esto:
¡Oye! No soy quién para decirte que no dejemos salir nuestra
antagonista interior de vez en cuando. Solo te digo que sería muchísimo mejor
si no lo hacemos una práctica continua, ni mucho menos en redes sociales. Porque
así estaríamos contribuyendo a una especie de cultura de odio que se ha instaurado en estas con la excusa de “la
libertad de expresión”. Antes de colocar algo negativo acerca de cualquier
mujer (o persona), ya sea personalidad pública o no, piensa por un segundo en
si ella fuese tu mejor amiga o tú misma. Si igualmente lo harías, adelante,
publícalo.
Pero permíteme recordarte algo:
La elegancia no
tiene nada que ver con color de piel, estrato social o belleza. Pero ser una
persona tóxica en todos lados, si demuestra una falta de esta.
Y si has sido víctima del canibalismo femenino, que
personalmente creo que todas lo hemos sido, despreocúpate. Revisa tu espalda,
brazos y manos. ¿Encuentras alguna marca en estas por ello? ¿No? Eso es porque
los comentarios no te pueden tocar, a menos que tú le des el poder de hacerlo. Entonces
es cuando van a marcar un lugar mucho más difícil de sanar: Tu auto estima.
Tranquila, linda. Las críticas son solo cosas que pasan…
Si deseas contarme alguna anécdota sobre Canibalismo Femenino, puedes hacerlo en los comentarios o través de los hashtags #cosasquepasan #amigacanibal.
Nos seguimos leyendo...
Es un tema muy real el que planteas, creo que hasta el momento no me había puesto a pensar que muchas veces somos la "atacantes" y no solo las victimas como normalmente creemos, gracias por dejarlo claro, creo que es momento de comenzar a controlar ese muy mal habito.
ResponderEliminarExcelente inicio para esta columna.
Mucho éxito y espero volver a leerte muy pronto~